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Mostrando entradas de noviembre, 2018

Si me caso el muerto es mío

"Seamos frutas mi amor, solo frutas" Y como es mío me tocó hacer lo que hacen las viudas, desenterrar a su marido y cumplir su última voluntad. Y bueno, ahí estaba, en ese panteón desaliñado y olvidado. No puede ser que mi esposo estuviera ahí, en ese lugar y tres metros bajo tierra, pero déjenme y les cuento el cuento de cómo estoy con una pala desenterrando un cadáver y haciendo algo que creo, es lo correcto. Esto que les cuento es real, es la vida misma. A mi esposo lo conocí allá en la montaña, cerca del mar. Vimos lo inmenso del océano y del cielo al mismo tiempo. El mar embellecido por su sonido y el cielo nocturno cargados de lunares brillantes que nos iluminaba la poca existencia que cargábamos. Estábamos solos e hicimos el amor con el mar, el cielo. Dentro y fuera.  T odo para que nuestro sentir no se terminara. Nos prometimos más amor del que poseíamos, nos poseíamos más de lo que nos amábamos.  Todo lo hicimos en nombre del amor. Como si eso bastara. Y