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Mostrando entradas de septiembre, 2019

Diario de una heterosexual: seamos felices

Diario de una heterosexual.  Día 1, seamos felices con lo que tenemos. Nos despertamos a las 22h00, no podemos dormir. Hablo en plural porque siempre he creído que hay otra persona dentro de mí. No, no me habla y no tiene identidad propia, solo soy yo tratando de entenderme y pensando en que la vida siempre puede ser buena. O a veces soy yo pensando en que la vida siempre es mala. Soy ambas. Nos pusimos de acuerdo y creemos que en la vida hay días buenos y malos, sí, comprensión básica. Hoy por ejemplo no puedo dormir pensando que mañana será el mismo día de hoy. Trabajo, casa, trabajo. Lineal, normal.   Intento salvarme con este mensaje.  Hace años escribí que, si te sientes feliz, lee, si estas triste lee, si te sientes sola lee. Sí, si ayuda, ayuda mucho, pero no es suficiente.  Hoy me he sentido ausente. Un poco fuera de mí. Otro día les cuento las razones, ahora solo quiero analizar el hecho de que podemos ser felices con lo que tenemos y con quien tenemos a nue

Mi novio suicida

A quien me enseñó después de su muerte, a perdonarme.   Cómo podía saberlo. No pude hacer nada tampoco. Cuando me enteré, ya lo habían bajado y retirado la cuerda de su cuello. Se había ahorcado en su habitación. Aprovechó que estaba solo.  Supe que algo andaba mal cuando no recibí ningún mensaje de él en todo el día. Pero no imaginé, que nunca más me volvería a escribir. Ni a llamar. Ni podría volverlo a ver. Lo amaba como se ama a los 18 años. Con locura y descontrol. Cuando se fue, una parte de mí se fue con él.  Una parte que ahora, 12 años después, aún no logro identificar. La última noche que hablamos no la he podido olvidar, aunque lo he intentado, no lo logro. Estábamos juntos hace algún tiempo, pero a la distancia.  Después de vivir juntos, la vida nos llevó por diferentes caminos, pero decidimos continuar mientras vivíamos en diferentes ciudades. Yo no sabía nada de relaciones, ¡qué se puede saber a esa edad! Él era mayor que yo con seis años. Tampoco se sabe nada de

Mi amiga, cola de pez.

Amiga, cola de pez.  Escuché decir esto a una amiga: "Me encanta, me mueve la cola de pez" yo abrí mis ojos y me encogí de hombros al no entender a qué se refería. Enseguida, habló más de una hora del chico que le gusta. Ella lo describía como algo tan interesante y sexy que hasta yo quería enterarme un poco más de la vida y de su gusto viviente. Me enseñó una foto y ualá , pasó, lo que siempre pasa en este punto, y es que el tipo no es que sea taaaan guapo. Bueno no lo es, la verdad. Quizás, si miras la foto de lejos y achinas un poco tus ojos, puedes encontrarle el gustito. Pero bueno ese tampoco es el asunto, porque a mi amiga, la tenía flotando en la séptima nube. Nadando debajo del mar. Moviendo su colita de pez. Hablaba de él como si lo conociera, claro, nunca han cruzado palabras más que un hola y un ¿cómo te va?, acto seguido  se dejan de ver.  Lo que ella me cuenta es incomprensible, me dice que le gusta hace más de ocho años. Puedes creerlo, ¡ocho año