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Mostrando entradas de 2021

El mar no encanta una eternidad

Yo le había dicho que no lo quería, pero él decidió quererme de todos modos. —Tengo el corazón roto— me dice una niña de cinco años, mientras me entrega un libro con ese título. El libro tiene una ilustración conmovedora, la historia trata de una pequeña con su corazón roto que busca la manera de sanarlo. Es tan conmovedora la ilustración, que me hace dudar si en realidad mi corazón está o no roto. Lo leí completo, y como todo cuento para niños, tiene un final feliz. Su corazón terminó por sanar, diciendo que hacer felices a los demás ayuda en el proceso. Cuento o no, me sacudió por dentro. Ha pasado mucho desde la última vez que me sumergí en el mar. Ahora estoy acostada mirando el techo, entre pensar en el  mar, pensé también si él aún me quería, no es que me importara, solo fue un pensamiento que se me cruzó por la cabeza, no se detuvo por más de dos minutos ni se acomodó, solo me rozó una parte aún más escondida que la mente, y se disolvió como algodón de azúcar en la lengua, como

No me justifico

"Lo primero que ven tus ojos, no son los míos" Alguien está filmando algo cerca de donde vivo. Lo sé, aunque no lo veo, pero que escucho decir "acción" a cada momento. Un hombre con voz ronca lo dice muy seguido con un megáfono. Creo que, o son malos actuando o veloces.  A veces me imagino cosas, y las digo camino a la tienda. Ahora nadie se da cuenta porque uso mascarilla, pero hablo mucho. Camino y hablo sola. lo hago muy seguido, demasiado diría yo. A veces lo hago en voz alta, la gente me mira, pero lo oculto cantando una canción. ¿Tanto tengo que justificarme en mi vida, que debo fingir ser "normal" con personas que no conozco para que no me tachen de loca?.  Es una pregunta, me la hago seguido, pero no me la respondo. Ayer logré cambiar el foco quemado de la lámpara de la sala. Hace dos meses que no funcionaba. No lo cambiaba porque la lámpara es hermosa, es de cristal, tan linda se ve, que no me importaba que no tuviera luz. Es que justo a las seis

Busca tu nombre y lee el de a lado

  Cuando supe de Ana, fue cuando Pablo era atormentado por ella. Pablo Palacio es mi escritor ecuatoriano favorito. He leído todo sobre él. Son pocos sus escritos a comparación de su talento, pero la muerte toma lo que quiere en cualquier momento. Pablo murió a los 40 años. Cuando escribe acerca de Ana en sus relatos, me parecía leer a una mujer malvada, fría. Atormentando la cabeza de Pablo con desprecios y olvido. Cuando él más la necesitaba no estaba. A Palacio lo he leído durante diez años. Y cada vez q lo leo me encuentro con otra Ana, pero con el mismo Pablo Yo no soy la de hace diez años, por suerte nadie lo es.  Los errores que se comenten ahora son menos pesados que hace años, eso sí, cuando tenemos la decisión de no sufrir por errores que ya no se pueden corregir.  Ya no suena  tampoco la misma canción como antes sonaba. Los años pasan y a veces pasan raspando. El cambio es la clave.  Recordar a Ana me hace pensar en los sonidos que producen algunos nombres o palabras, son ta

A la mar

“No creo en el alma, pero de que existe, existe” Ya hace dos días que estaba en alta mar, el sol golpeaba su rostro, sus labios estaban secos,  su cuerpo escurrido sobre el tablón del bote y sus ojos entre abiertos miraban nada más que  el mar impetuoso y azul. Conservaba intacto una parte de él que el agua salada no podría de ninguna manera tener  acceso, sus recuerdos. Su memoria evocó la gracia con la que, días atrás, se sumergía entre las olas y se dejaba derribar con  fuerza por aquel oleaje hasta la orilla. Seguía recordando, como acostado boca arriba miraba  el cielo mientras su rostro se invadía con la efervescencia de la ola transformada en espuma. Ahora en cambio, no podía sentir más que repulsión, desesperación, esa tirria en contra del  abundante azul llamado la mar.  Tenía deseos de ver cualquier otra cosa, ya sean paredes de concreto, edificios en  construcción, escuchar el ruido de carros, ladridos de perros, llantos de bebés, el murmullo  de la multitud, las personas,

La ventana

  Estaba escondida dentro de un tronco alrededor de muchas flores amarillas. Por el ancho del tronco se vislumbra la luz del día al final del túnel amaderado. Esa luz a lo lejos parecía una ventana redondeada con luz muy cerca del exterior. Podía oler la frescura a lo lejos. El tronco medía unos dos metros de largo y un grosor, pienso yo, tan ancho que podían entrar dos más de mí. Yo, una mujer de números como: 1.60, 36 y 65 correspondientes a mi estatura, edad y peso. Sí, si estuviera acompañada, sería alguien como yo. Me hubiera gustado conversar con alguien antes de partir. Pero al final, conversé conmigo mismo. No me sentí mejor, debo confesar. Hablar con uno mismo es aliviador, siempre y cuando haya opciones, cuando pueden hablar con otras personas, y aun así, escogemos hablar con uno mismo, ahí, es gratificante —¿Cómo pudiste terminar así? —No sé, creo que por huir de mis problemas he terminado como un tronco y no cómo un árbol. —¿ Acaso no es lo mismo ser un árbol que un tronco?

DE NADA

 "A las cosas simples se las lleva el viento" Dicen que se escribe de lo que se conoce, así que empiezo.  H e decidido escribir acerca de nada. Puedo ponerme ridícula y escribir acerca de ese nada que decimos, después de un gracias o, de aquella nada que respondemos cuando preguntan ¿Qué te pasa? o, de la nada, cuando no sabes qué decirte a ti mismo, después de enterarte que, al parecer, tus emociones las retienes, porque te han condicionado al estar con alguien. O sea. Nada. Si me alejo un poco de este inicio pobre con el que he empezado y me pongo exquisita, puedo hablar, por qué no, de la nada según Sartre, quien decía algo así como que, todos nos caracterizamos por la presencia de la nada, o por esa capacidad de rebelarse dentro de una realidad, pero una realidad que involucra a los demás. Pero, ¿Y si existen los demás, ya deja de haber nada? Bueeeno, en fin, el existencialismo. Aunque también podríamos hablar sobre la nada según la metafísica, que prácticamente es la a

Sostener tu mano

  La mascarilla nos impidió ver nuestra sonrisa "Carlitos" es un cuento que escribí hace más de seis años, contaba la historia de alguien que se sentía invisible, y que quería sentirse importante y para que la gente lo reconociera por única vez, se quitó la vida en un estadio lleno de hinchas que vieron atónitos el suceso. “Si me caso el muerto es mío” es otro relato, donde cuento la historia de una joven pareja que se enamoró al poco tiempo de conocerse. Él falleció, pero antes se casaron, como última voluntad, él pidió ser cremado, acto que no se cumplió porque la familia no reconocía como esposa a su amor de verano. Le hicieron un funeral católico tradicional. Pero ella no se quedó con los brazos cruzados y fue  a desenterrarlo para cremarlo y hacer su última voluntad. He escrito cuentos cortos describiendo diferentes formas de morir, he escrito mucho sobre la muerte, sobre el duelo y la esencia misma del dolor de la pérdida. Ahora estoy escribiendo una novela corta ac

Yolibro

    Las instrucciones no sirven para nada. YOLIBRO Su cuerpo se estiraba para alcanzar los libros de la repisa. Al extender sus brazos su camisa un tanto grande se levantó unos centímetros, y dejó ver sus nalgas desnudas y redondas. Tomó el primer libro y lo ojeó por un momento, lo dejó casi en seguida, tomó el siguiente, leyó el título, “Sé que vienen por mí” le gustó la portada, — una mujer en una mecedora con su rostro difuminado—  lo abrió y se dio cuenta que la edición era española. Las traducciones españolas no le agradan, no le gusta leer un “ vuestro” o “escucháis ” se desanimó de inmediato, lo cerró y siguió con el próximo, se aventuró y tomó uno de en medio de la corta fila de libros. Se encontró con una portada dura y de color rosado con el dibujo de un pequeño oso, enseguida se fascinó. Era una portada hermosa, en su idioma original y con pequeñas ilustraciones. Perfecto. Dio pequeños brincos de puntitas, como si estuviera caliente el piso y se sentó en la cama junto a é

Fleabag

"No me hagas optimista, arruinarás mi vida." Phoebe Mary Waller-Bridge es actriz y escritora inglesa. La conocí porque protagonizó la  comedia dramática Fleabag, que además  escribió. Tiene dos temporadas, creo que eran necesario más, pero no se trata de lo que necesites y pues, esto es lo que hay. "Creo que sabes amar más que cualquiera de nosotros, por eso es que encuentras todo doloroso"  No es la primera frases que me gustó de esta serie, pero sí, la que busqué en internet para recordarla, es más, tuve que ver de nuevo el capítulo para encontrarla. Es un momento emotivo, nada casual como es toda la serie. No voy a hablar de lo que me pareció la serie, creo que escribir ya eso, es más que suficiente. Les dejo algunas frases que me gustaron, hay más, pero estas son las que me acuerdo. Quiero que alguien me diga en qué creer. Por quién votar, a quién amar y cómo decírselo. Creo que quiero que alguien me diga cómo vivir mi vida, Padre, porque, hasta ahora, creo que

Descripción de una foto

Estaba por allá el año 2013 creo, fui a Liguiqui, una playa a 40 minutos de Manta en la provincia de Manabí. Llegue con mi vestido de colores, vi un espacio enorme y dibujé mi casa, como un dibujo de escuela. Un techo, dos ventanas y una puerta. Desde que salí de mi casa a los 18 años, tener mi espacio es uno de mis sueño. Un pequeño lugar mío. Solo mío. Esta foto me remonta a esa vida de ilusión y esperanza. No es que ya no lo quiero, pero es más difícil ahora pensar en conseguirlo. Pero sigue ahí, pendiente como una promesa que me hice a mi misma y que pronto se va a cumplir. Lo sé. Luego quizá, me bañé en el mar...

Estoy en el espacio

👩🏻‍🚀 Hoy transcurrió de forma apacible. Pasé el día viendo varias películas, comí algo ligero y salí a dar un tranquilo paseo por el parque. Nada fuera de lo común sucedió. Quizás solo persistía la idea de anhelar algún cambio, pero no ocurrió. Absolutamente nada. Quiero ser totalmente franca, sí, a ti que ocasionalmente lees mis palabras, deseo confesarte un secreto que descubrí hoy, mientras me quedé dormida viendo una película. En mi sueño, me encontraba en el espacio, sin casco y sin la necesidad de respirar. Solo debía abrir los ojos para evitar la muerte. Sin embargo, no podía abrir los ojos, y así estaba muriendo lentamente. Mientras soñaba que moría por no abrir los ojos, reflexionaba sobre algo que me está sucediendo últimamente, algo que nunca antes me había ocurrido: comer sin experimentar el deseo de hacerlo. Sentía hambre, pero ya no disfrutaba como solía hacerlo. Era simplemente una acción mecánica. Esto es nuevo, como si mi ánimo estuviera bajo. Casi nulo. Similar a u

Hablar como hablan las canciones

Ahora reflexiono sobre una canción: "Gold". Es hermosa, me gusta, aunque no puedo explicar técnicamente por qué. Simplemente me llena de alegría.Suelo pensar mucho en lo que debo decir, pero nunca logro expresar correctamente mis pensamientos. A veces tengo suerte y me animo a creer que soy capaz de decir exactamente lo que pienso, pero rara vez lo consigo. Si comprendiéramos que el elemento crucial en la ecuación del lenguaje es el receptor, la historia sería diferente. Siento más de lo necesario, y en ocasiones debería callarme, tomar un puñado de silencio y esforzarme realmente por pensar bien en lo que quiero decir. Sin embargo, eso no sucede. Todo se vuelve complicado.  Las palabras se entremezclan con las emociones, formando una especie de sopa de letras. La realidad es que me he convertido en una exageración del sentimiento que experimento al expresarme a través de las letras. Las escribo una a una, luego las comprendo y me digo a mí misma: "Sí, esto es lo que qui

DOLOR

  El dolor a veces no llega en un correo electrónico. Una amiga muy íntima me respondió un mail que le escribí hace días, en ese mail le hablaba de mi dolor en el  chacra del corazón,  (término que acuñé no sé cuándo, pero hago alusión a mi dolor en el alma) le digo así, a un leve dolor que he sentido desde hace un año. Un dolor que te presiona el omóplato izquierdo y con suerte sientes un dolor en el corazón, digo por suerte para no sentirme tan desdichada. Mi amiga me contaba algo muy íntimo y a la vez tan cotidiano. Me hablaba del dolor y la forma que nos han enseñado a esconder lo que se siente, sobre todo si es tristeza.   Ella me contaba esto: “Nos enseñaron que el dolor se lo oculta, se lo vive sola y se lo sufre en soledad. Pero el dolor necesita ser visto, validado, esa es la función social del llanto. Pero cuando no se llora se somatiza. El dolor es parte de la vida, hay que asumirlo y entenderlo. Debes quizás comenzar a entender ese dolor que dices tienes en el

¿Alguien tiene la respuesta?

Hace años unos amigos hicieron un grupo en Facebook llamado "Quejadera constante" la foto que tenía aquel grupo era la pequeña Mafalda.  El fin del grupo era quejarse por todo, desde un mal día, hasta de un mal gobierno y sus lacras. Nos quejábamos por quejarnos.  Lo usamos por un tiempo, pero poco a poco desapareció. Pues bien, hace casi un año que siento que en realidad me quejo de todo, pero no solo del verbo "mandar a la verga" sino de quejarse y no hacer mucho por mejorar. Sé que hay cosas que no puedes cambiar por cuenta propia, pero quejarse agota. También quiero decir que esto que digo, es pura especulación de mi parte, o sea, yo misma siento que exagero, porque al fin de cuentas, todo el mundo se queja de algo a diario, y yo, solo hago uso de esa facultad y derecho que tenemos.  (derecho dice)   Estoy consciente de que me quejo más este último año, pero a mi favor, les recuerdo que apareció un virus que cambió nuestro modo de socializar y ver el mundo, y

Pasado y presente

No se piensa más que en uno mismo.    Yo por ejemplo pienso en el otro y luego en mí, es triste creo yo, saber que somos pocos los que pensamos en el otro. Creo que se puede vivir bien si todos pensáramos así, aunque sea un poco. He vivido todo este tiempo pensando en que yo tengo un problema serio, y no es así, el mundo funcionaria un poco mejor,  si todos tuviéramos ese pequeño detalle de pensar  en los demás. Presente. Miraba una serie en la computadora que estaba encima del mesón de la cocina. Mientras tomaba su café amargo como cada mañana. Estaba concentrada, la pantalla le iluminaba el rostro, achinaba más sus ojos mientras su cara  se acercaba más a la pantalla.  Quería olvidarse de su realidad, su ansiedad y su mala racha o todo lo que tenga que ver con tratar con el otro. También sobre el amor y el destino.  No funciona decirle a alguien lo que realmente se tiene por dentro. Tenía ganas de entrar en la pantalla, de  olvidar y moverse a ese mundo apocalíptico que estaba obser