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Mostrando entradas de enero, 2014

Señor Arte

Hay muchas cosas en la vida, que yo disfruto, una de ellas es el arte. Puedes llenarte el mate de letras, como también de imágenes,    -que vakan-    muchas veces el arte se te cuela por los oídos y te transporta a lugares y momentos memorables, te transportan a un estado de ánimo que no se quiere cambiar. He visto también muchos otros que trasmiten con  retratos, esculturas, pintura, danza, teatro y así, una infinidad de formas. El arte, aquella cosa   que tiene un código muy mundano, ambiguo, hermoso.... Creo yo que es una de las tantas palabras que no se necesita ser un estudioso (aunque sí los hayan) para que éste inmediatamente controle muestras neuronas y nos haga pensar, reír, llorar, inclinar tu cabeza en símbolo de aceptación por tan maravilloso forma de mirar las cosas. Pero quiero ahora no hablar en sí, del arte y las sublimes sensaciones que nos producen, esto es mas bien, para hablar de una imagen que me hizo decir,    -qué carajos es el arte- (tómese carajo como una

El otro lado de la luna

Justo hace mas o menos un año que Gustavo me reclamaba por no escribirle algún mensaje de cariño o atención, en esos días yo tenia un horario un poco complicado, trabajaba como segunda asistente de dirección en una película que se filmaba aquí en Manta, también corría con el cargo (corría literalmente) de asistente en producción ejecutiva (visijue) por la cual mi horario era de 5 am hasta a veces 12 de la noche, yo me excusaba de no tener tiempo, y era así precisamente, no lograba mirar por mucho tiempo la cama de mi cuarto, que ya estaba dormida. Fue difícil, pero puedo decir que lo disfruté mucho, y si me tocara  hacerlo de nuevo, lo haría al mismo ritmo si fuese necesario. Volviendo con los mensajes, él, un poco enojado y entristecido, me reclamaba por tiempo, diciéndome que un mensaje no se demora en escribir, que solo era cuestión de  segundos y listo, yo seguía con la fe en mi argumento, que el tiempo no me alcanzaba. En realidad, ahora después de un año, creo, que podría haber

oh oh oh ooohhh!!!

—Puta madre!!— dije,  cuando cerré  la puerta de mi departamento y olvidé las llaves sobre el velador de la cama, donde  logré colocarlas    ayer a las 3 am,  antes  que mi cuerpo lleno de alcohol se desplomara sobre la cama . No había empezado  un buen día, y este incidente me lo recordaba. Mi cabeza latía y en cada latido una especie de electricidad recorría sin cansancio la misma parte frontal de mi cabeza. —C huchaqui—   H ablé entre dientes  mientras mi cuerpo se resbalaba contra la puerta cerrada. Me quedé por un momento sentada con la cabeza entre mis rodillas, mi ropa no estaba del todo presentable. Me había puesto aquel   jean    que una tía que vive en los Estados Unidos me regaló (de esos unisex, con una bragueta un tanto grande) una blusa blanca que la utilizo cuando no hay nadie en casa, y unas zapatillas borabora , de tiras de colores.  El motivo de mi salida fue para buscar una pastilla que me aliviara los latidos que se  producían  en

Ya no me acuerdo

Mi novio fue feo, sí, feo.  Uno no se imagina hasta que punto puede ser  prejuiciosa esta sociedad, es más, en este momento imaginas a mi novio, a tu imaginación y semejanza, claro, de lo que tú, como lector consideras, es ser feo. Por qué digo que mi novio fue feo? ¿ qué importancia tiene eso?  ¿qué quiero conseguir empezando así mi relato? Pues bien, la fealdad como la belleza tienden a confundirse con  la confianza. Está comprobado que una persona "bonita" es más confiable que una persona, no "tan bonita"  por lo que me hace pensar que, si empiezo mi escrito, bloqueando cualquier sensación de confianza, podría tener el lector, una evolución o aceptación de los prejuicios preconcebidos del ser humano sin haber tenido confianza. Porque no lo conociste. Es incomprensible la necesidad de describir a alguien importante en tu  vida, con una palabra tan desproporcionada, con la fealdad, pero quien soy yo para no ficcionar y arruinar la imagen de esa persona

Una cosa lleva a la otra

He conocido a varios amigos que me han descrito a su chica perfecta, desde su figura física, hasta la última neurona que debe estar compuesta. De muchas figuras y muchas formas aquellas mujeres imaginarias, debieron pasar ese lapsus o cambio que nos toca en algún momento de la vida.  Ese cambio se siente al ver una foto vieja, o toparte con amigos de la infancia, o si tienes algún escrito antiguo (incluyendo mails)   cuando lo vuelves a leer, sientes como el tiempo ha modificado algo en ti.  Todo eso me hace pensar que  no siempre se es uno, como se recuerda. Y el cambio se da. No puedo decir que siempre he sido de una sola manera, y mi correo de yahoo , (ese que lo utilizaba en mis tiempos colegiales), es el primer delator del personaje  que representaba en aquellos tiempos. Pues bien, un día de esos ociosos, recordé dicha cuenta, accedí, y ualá !!!! ahí estaban; aquellos  correos  de mis momentos vergonzosos . Cartas. Asquerosas cartas. E sa mujer estaba complet

Por decir (aliñado)

Acabo de leer, como de costumbre, un artículo de Juan Fernando A., puedo repetir esto muchas veces,  como lo vengo haciendo desde el 2008 (cuando por primera vez lo leí). En aquel tiempo yo escuchaba  "Los Pescados” y para ser sincera no tenía idea quién era aquel muchacho que se escondía detrás de la  batería y que junto al guitarrista hacían vibrar mi cuerpo. Cuando los escuchaba mi cara no dejaba de  estar por debajo de mi cabello, y mi boca abierta cantaba aunque no me supiera la letra de alguna de sus  canciones. Con el álbum “El año del pescado" los conocí. Yo vivía en Bahía de Caráquez y poco a  poco sus canciones han estado alrededor de mi vida. Reina, Virus, Todos te miran, Descompuesto,  giran entre mis recuerdos…  ¡En fin! Creo que debo escucharlos ahora.  (escuchando Los Pescados) Volví a vivir en Bahía-Canoa por un momento. Aquella banda hacía que mis bajos instintos (que no sé por qué deben ser bajos)   fluyeran, y mis intenciones sean como las de