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Mostrando entradas de marzo, 2020

El mar me soñó

"El mar no encanta una eternidad" Me duele mucho no sentir el mar por dentro.  Me duele digo, aunque la verdad no siento nada. Es como tomar 20 tazas de café y que tus muñecas tiemblen al pintar, escribir, dibujar, soñar. Sí, he soñado que todo tiembla y siempre pienso en el café, y el café me hace temblar de solo pensar en que voy a soñar. Es todo raro aquí afuera, pero desde hace tiempo no logro entrar.  Quiero entrar, quiero entrar de nuevo al mar sin dejar de sentir. Vivo mucho tiempo como si la playa fuera una pintura, que no es real, que no puedo entrar, ¡Carajo! Entrar es lo que quiero y quiero repetirlo tantas veces hasta convencerme.  Siento que estoy en medio del océano y no llego a sentir nada, ni la arena, ni los caracoles, ni lo burbujeante que es el final de una ola. He soñado tanto con vivir en el mar, que un día me quedé atrapada en uno de esos sueños. Pero no quiero salir, quiero entrar, pero no puedo. No puedo digo y lo repito creye

Diario de una heterosexual en cuarentena (entre estrellas y murciélagos)

Me gusta escribir diálogos de escenas de los guiones que tengo en la cabeza, me fijo más en los diálogos por la estupenda y única y casi imperceptible cambio que nos lleva de un punto a otro, por ejemplo estaban teniendo una conversación todo tranqui entre Bombóm, Burbuja y Bellota. Bombóm le dice a Burbuja que no debería tomar té porque según ella tiene cafeína y luego no podrá dormir, tal como le ocurrió noches atrás, entonces ella –Burbuja– empieza a leer los ingredientes y exclama: aquí en ningún lugar dice que tiene cafeína, por lo tanto no tiene cafeína . Acto seguido, prepara su té verde. Luego le dice a Bellota que es rico el olor a té verde, pero Bellota le pregunta: ¿sabes qué es lo que sí huele rico?, y Bombóm responde “El huevo”, nos empezamos a reír, pero en un momento Bellota detiene la risa para decir: Espera espera eeeeespeeeraaaaa, nonono, así no se utiliza la frase “ El huevo ” mira, te explico: Bellota : ¿Quién está en el departamento? y Burbuja responde

Diario de una heterosexual en cuarentena (hablemos de La cosa)

Me levanté para hacer el desayuno a unos turistas que se quedaron atrapados la noche anterior por las medidas de seguridad frente al #Coronavirus, al que llamaremos “La cosa” por eso no podían viajar a Quito y por ende no podían regresar a su país, pero en la mañana iban a partir después del desayuno. Como les dije no hay cocinero, pero por suerte para mí, el desayuno es relativamente fácil, ya que es solo picar algunas frutas, poner yogurt, granola y hacerle huevos revueltos con pan tostado (el pan, lo hace la señora Esperanza y le sale muuuy rico). Entonces, ahí estaba yo, chef por un día, bueno que digo chef, la picadora de frutas. En fin, los chicos pagaron lo que habían consumido y se fueron enrumbados antes que “La cosa” se pusiera más fea. Tipo medio día, baja Burbuja y entra directo al bar diciendo que soñó que hacía una bebida especial, así que se pone a hacer su sueño realidad, cuando me doy cuenta está batiendo su receta en el mixer de cocteles, le pide a Bo

Diario de una heterosexual en cuarentena

La imaginación explota cuando no se tiene dónde ponerla. Vivimos en un hotel hace tres meses, sí, en un hotel en donde también trabajamos. Somos recepcionistas, meseras y hacemos algunos tragos muy ricos (modestia aparte). Me gusta esto de trabajar en la barra de un bar, sobre todo en un lugar donde vienen turistas de todo el mundo. Hay muchas historias súper interesantes, pero hoy no les contaré sobre esto, ¿por qué? por una sola cosa #coronavirus. Ahora el hotel está cerrado, no recibimos a ningún huésped, entonces tenemos el hotel casi vacío, digo “casi” porque hace un mes -aproximadamente- tenemos un huésped que se llama Jhon Robin, es un veterano de guerra, peleó en la guerra de Vietnam , ha padecido   ébola y tiene una cicatriz del tamaño de una autopsia;   sí, ya les digo, tengo muchas historias con personas muy divertidas, pero ahora no les hablaré de él ni de ninguna otra, sino más bien de nosotras y de cómo estamos lidiando la cuarentena en un lugar tan l

Palabras sueltas. Capítulo 1

Después de la lluvia. Después del baile. Después de la noche. Después del ruido. Después del después viene lo inevitable: Viene lo que está por dentro. Lo que se ha dejado de sentir. Quiero escribir como lo hacen en las paredes, a veces poesía a veces la mierda misma.  Después me voy y no se por qué, regreso sin nada, como si quisiera que me atrapen, desnuda, triste para dar pena y nada más. Escribo con tristeza, escribo con alegría, escribo lo que no puedo entender. Te escribo a ti, sin que sepas que es para ti.  Escribo para salvarme, para coserme, para entender de una vez por todas que si me dices ven, no lo dejo todo.