Me
levanté para hacer el desayuno a unos turistas que se quedaron atrapados la noche
anterior por las medidas de seguridad frente al #Coronavirus, al que llamaremos
“La cosa” por eso no podían viajar a Quito y por ende no podían regresar a su
país, pero en la mañana iban a partir después del desayuno. Como les dije no
hay cocinero, pero por suerte para mí, el desayuno es relativamente fácil, ya
que es solo picar algunas frutas, poner yogurt, granola y hacerle huevos
revueltos con pan tostado (el pan, lo hace la señora Esperanza y le sale muuuy
rico). Entonces, ahí estaba yo, chef por un día, bueno que digo chef, la
picadora de frutas. En fin, los chicos pagaron lo que habían consumido y se
fueron enrumbados antes que “La cosa” se pusiera más fea.
Tipo
medio día, baja Burbuja y entra directo al bar diciendo que soñó que hacía una
bebida especial, así que se pone a hacer su sueño realidad, cuando me doy
cuenta está batiendo su receta en el mixer de cocteles, le pide a Bombón que “prepare”
una copa, esto consiste en: ponerle alrededor del borde un poco de sal y le
pone también, como adorno, un pedazo de naranja. Lo que había soñado Burbuja era
como una margarita pero esta vez de
naranja. No le quedó mal. Terminamos bebiendo
un par de ese cóctel y nos sentamos a contemplar, de nuevo, todo el hotel
vacío, la piscina transparente y azul, el sol brillante y el mar a lo lejos -algo
surreal si lo pienso de esta manera-, en cuarentena, en un hotel casi vacío,
bebiendo margaritas. De locos.
Burbuja
tiene fragmentos de películas, series en su cabeza y de todo saca diálogos para
opinar. Me encanta porque me cago de risa.
Yo
le digo que estamos de alguna forma encerradas aquí y que todos están encerrados
de alguna manera, en eso, mientras lavaba los platos, me mira y me dice seriamente:
Hagamos como Jack Sparrow, bebamos ron
hasta que alguien nos saque de aquí.
Nos
reímos, qué no me voy a reír, si lo dice con tanta seriedad.
Jhon,
nuestro amigo de guerra, no ha salido de su habitación, estamos preocupados porque
como es mayor, nos inquieta acercarnos tanto, como si tuviéramos “La cosa”, pero
por precaución estamos siempre lavándonos las manos y poniéndonos gel antibacterial,
muy seguido vamos a su habitación para saber cómo sigue, para eso va Bombón a ver si está dormido, observa si respira y se aleja, y si está
despierto, le pregunta si desea algo de comer. Aunque les cuento que casi no
come, apenas y termina por completo el desayuno y luego va a dormir, parece
oso, por eso nos preocupamos, más en estos tiempos. Antes que todo esto de “La
cosa” apareciera, Jhon se sentaba en la barra del bar y pedía lo mismo de
siempre, Pilsener negra. Jhon no habla casi nada de español, solo dice: see you Mañana, también dice que
es divertido que tomorrow y morning en español sea lo mismo, así que esa es su
palabra favorita, “mañana”. También dice: ¡hola!, y por supuesto Pilsener.
A Jhon
no le gusta el tequila prefiere el ron, no le gusta el café, prefiere solo
agua, pero siempre pide Pilsener.
Desde que estamos en cuarentena pasa más tiempo
en su cuarto, le sugieren que se quede mejor ahí y le pasamos la comida a su
cuarto. Extrañamos a Jhon.
Mientras
nosotras lidiamos con nuestro día a día, aún tenemos mucho que lavar, solo tenemos
una lavadora y una secadora, pero un montón de sábanas, toallas y edredones a
la espera, pero con tranquilidad estamos haciéndolo. Mientras todo está lavándose, miramos películas
en una computadora, o vemos cosas en internet, memes, vídeos. Yo, estoy escribiendo
un guión de un corto de terror, sobre una chica que vive en un hotel solitario
por un virus que deja al mundo en cuarentena, sí, definitivamente la realidad
supera a la ficción, pero para ello necesito un conflicto, en este caso hemos
puesto una especie de fantasma, una sombra que va apareciendo cada vez más
cerca de la chica del hotel, pero aún no sabemos cómo, ni por qué, ni de dónde
sale, pero ahí la estamos trabajando.
Bombóm
hace de correctora, ella le echa un vistazo antes de publicar esta taradez, y
es aquí donde Burbuja aparece con alguna frase icónica.
Bellota
dijo: “Si el virus es chino, imagínate el original” algo que le pareció tuiteable para Bombón, pero no sabía dónde
lo había escuchado, así que Bellota le dijo a Bombóm -quien es muy cuidadoso
con citar autores-, que: con el uso de
las comillas es suficiente para que sepan que el texto es de alguien más, pero
lo que responde Burbuja supera todo: ¡En
pleno fin del mundo se preocupan por las normas APA!
De
nuevo explotamos a carcajadas, nos duró hasta que una canción nos hizo cantar a
viva voz y en coro. “Tu falta de querer”
de Mon Laferte nos hizo cantar a una sola voz, horrible, pero una sola voz, Bombón
es la única que sabe cantar, así que por lo menos de ella no fue tan horrible.
Fue lindo lo confieso, eso de cantar con sentimiemmmmmmto algo, (le pongo
muchas letras eme a esa palabra, para sentirla mejor).
Veeen y cuéntame la verdad,
ten piedad,
y dime por qué, nou nou
nou oooh
Cómo fuueeee que me
dejaste de aaaaaamaaarrrrrr
yo aún podía sopooortaaaarr
tu tanta falta de querer.
El
hechizo terminó, pero les recomiendo que lo hagan, escojan una canción y cántenla
a viva voz, fuerte, como si en realidad fuera el fin del mundo.
En
la noche, para terminar e irnos a dormir, no pudimos bañarnos en nuestro
departamento, porque ni Bombón, Burbuja peor Bellota quiso sacar el cadáver de
una cucaracha que estaba en la ducha, solo atinamos a exclamar ¡me arrojo! así que nos bañamos en una habitación
del hotel, riiico, Burbuja hizo huelga y no se quería bañar, pero cedió al
final a la presión de nuestras miradas.
Al subir al departamento vimos algo que pocas veces vemos y fue un cielo completamente estrellado, lo vimos por unos segundos y de nuevo nos sentimos afortunadas de pasar juntas esta cuarentena, eso fue todo por ese día, dormimos tranquilas y quitamos un día a esta cuarentena de la cual no sabemos cuántos días llevamos porque hemos perdido la cuenta, porque todos los días, ahora saben a domingos.
Foto: Sofía Monge
Al subir al departamento vimos algo que pocas veces vemos y fue un cielo completamente estrellado, lo vimos por unos segundos y de nuevo nos sentimos afortunadas de pasar juntas esta cuarentena, eso fue todo por ese día, dormimos tranquilas y quitamos un día a esta cuarentena de la cual no sabemos cuántos días llevamos porque hemos perdido la cuenta, porque todos los días, ahora saben a domingos.
Foto: Sofía Monge