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Mostrando entradas de 2016

Ella y Él (diálogo corto)

Él: Amor, vivamos juntos Ella: Pero para qué? nos vemos todos los días  Él: No es lo mismo, dormiríamos juntos Ella: Pero si dormimos una hora en el motel mas de lo normal Él:  Quiero ver el amanecer contigo Ella: una, dos, tres veces. Amanece igual todos los días Él: Ya no me quieres? Ella: Claro que sí, pero para qué hacer las mismas cosas que hacen todos, vivir juntos, comer juntos, correr juntos... para qué. Todo puede acabar Él: Cómo sabes que se acaba? Ella: No se sabe. Se siente.

A la soledad de Juana

Juana tiene un doctorado en leyes y está soltera. Juana está soltera y tiene un doctorado. Soltera para algunas no es una palabra bonita, menos cuando se tiene  38 años. Pero empecemos de nuevo para tratar de entender el problema de Juana: Juana tiene un doctorado en leyes, tiene 38 años, tres divorcios (sin hijos) y está soltera. ¿Dónde está el problema? Si alguien ya presume cúal es, de alguna manera, entiende a Juana.  ( Se parece a un ejercicio matemático, pero en vez de números, tiene letras) Lo que pasa con Juana y que le carcome las esquinitas de sus huesos, es no entender cómo sus ex, viven una vida aparentemente feliz.  Carlos, su primer esposo, es doctor y recién se casó de nuevo. Cuando Juana se enteró no lo pudo creer. No porque tenga sentimientos hacia él, sino porque semanas antes de que se casará se escribían y se contaban ciertas cosas. Juana confiesa que entre lo que se decían, habían halagos que de alguna manera eran bienvenidos. Pero, ¿por qué Carlos n

El sueño del otro

Lo que nos pasó es esto que nos está pasando, lo que nunca nos iba a pasar. Es como si nuestra infancia hubiese sido un sueño y nosotros despertáramos de ese sueño todos los días. Cultura B Es solo un sueño me digo. No fui de esas niñas que quiso ser grande, pero si fui de esas que se preguntó, qué significaba tener responsabilidades? Qué era eso que siempre mamá decía cuando se enojaba. " tú no tienes responsabilidades aún" ahora, creo que lo entiendo. No es culpa de mamá, ella quiso de cierto modo hacerme entender, algo que solo el tiempo me podía enseñar. Y es con esto que me pregunto, cuánto tiempo gastan los padres en explicarles a sus hijos lo dura que es la vida. (?) Yo creo que demasiado.  Una vez soñé que me estaba cayendo constantemente en un pozo, al parecer sin fin, caía y caía y me desperté en el sueño de alguien más, creo que caí muy al fondo porque el sueño en el que me encontraba no me pertenecía, pero no fue mi culpa, así que decidí incursionar. M

Ya no escribo

He dejado de escribir aunque ahora lo estoy haciendo.  Escribir tiene un significado de esos que desbordan el alma, y no hay palabras más exactas que la palabra escribir.  No sé si me entiendas. No se trata de perfección o de llegar con un mensaje a cambiar la vida de otros. Escribir te cambia la tuya y le da sentido, o hasta te da la oportunidad de escribir sobre ese sinsentido de vida.  Porque a la final se escribe con esperanza de encontrar razón.  Temo que lo he olvidado y ahora escribo para tratar e intentar que estas palabras tengan una gota de sinceridad.  Si es real lo que se escribe, dice un escritor mejicano, entonces vale la pena. Aunque mi gusto por friccionar es el océano en esta gota de vida. Creo que la intención de escribir y la acción que va de la mano para no irnos al infierno vale más que todo.  Siento, y creo que escribir me salvará. No se de qué pero lo hace, lo siento. Escribir es resistir dice una amiga, y creo que tiene razón. Escribir es resistir,

#unacasaparalasgemelitas

Hay que seguir Todo es cuestión de números y esfuerzos. Así lo creen Erika Zamora y Jorge García, padres de un niño de seis años y gemelas de cuatro meses. Los números, dicen ellos les ayudaron a conocer cuánto seria el gasto para construir su casa, y el esfuerzo en cambio, se reflejó durante cinco años, los cuales poco a poco, de ventana en ventana, de puerta en puerta, de pared a pared le dieron forma a su hogar, que aquel inolvidable 16 de abril un terremoto de 7,8 e n 40 segundos, lo destruyó todo. Erika recuerda que cuando empezó a temblar la tierra, ella se encontraba con sus hijos en la cama, pero al sentir que se movía todo a su alrededor, su instinto fue el de proteger a sus hijos, así que enseguida cogió con un solo brazo a las gemelas mientras su hijo se aferró fuerte de su blusa. Querían salir de la casa a como dé lugar. Entre remesones y con fuerza, lograron salir. Sus familias y vecinos se reencontraron en el patio. Todos en el barrio estaban sanos, pero lo que

Violeta, todo se trata de resistir

Violeta es esquizofrénica por convicción, no es que se haga la loca, no no, para nada, ella es muy cuerda y sobre todo genuina, sí , genuina, "oriyinal, oriyinal", la propia dirían por ahí.  Ella es esquizofrénica sin enfermedad alguna. Si hablamos que esta enfermedad  conlleva la  alteración de la personalidad, alucinaciones y perdida del contacto con la realidad, pues sí, está muy enferma.   Su personalidad es fuerte, pero por dentro es como un manjar, no la he saboreado, porque no pruebo de esa forma a mis amigas, es un manjar que sabes que lo es, porque también se la ve muy dulce, cómo puedes ver el dulce sin probarlo y saber que es dulce? pues ahí es donde entra la alucinación. Se puede ver los sabores que lleva por dentro, la bondad, la honestidad y sobre todo la ternura. Ella alucina todo el tiempo, hace proyectos que puedan cambiar por un momento al mundo, y sobre todo y los más importante, los ejecuta. Y el último síntoma, es que pierde el contacto con la realidad

La caridad de la muerte

El Michi Panero apoyado contra la pared le da una calada a su cigarrillo y le dice a su madre que le quiere hacer una pregunta.  Le pregunta si ella recuerda a la perrita que se llamaba Reina, que vivían en la casa cuando eran niños. Felicidad, sentada con mucho garbo sobre un sofá, con las piernas cruzadas, una mano con un cigarrillo apoyada sobre la muñeca de la otra, sonríe y dice que claro, que como no se va a acordar.  El Michi le pregunta si se acuerda que una vez pario un montón de perritos. Ella le dice que sí, pero por favor que modere el lenguaje. El Michi dice bueno, dio a luz. Y continua: recuerdo que mi papá detestaba a los perritos y quería que todos se largaran.  —Si, dice Felicidad— una mañana salió de la casa y me dijo que al regreso que no quería ver ningún perrito en la casa.  —Bueno, dice el Michi,  Entonces yo recuerdo que agarraste una caja, metiste todos los perritos dentro, le hiciste unos agujeros a la caja, nos pediste a mi hermano Leopoldo y a mí

La decisión. Terremoto 16/04/16 ECUADOR

Hay alguien ahí? La noche estaba más oscura, y lo temible de la oscuridad es no saber con que te vas a afrontar. La penumbra. Los rescatistas hacían el llamado de vida, ¿hay alguien ahí?, esperando la respuesta de un sí, de un ruido, de una luz, de alguna señal válida para saber que sí hay alguien ahí, que haya alguien a quien rescatar debajo de los escombros, del esfuerzo que se desplomó por el 7,8. Hay alguien ahí? Se preguntan también las personas que pasaban por el desastre, esperando que no haya nadie debajo del siniestro. Hay alguien ahí, exclamaban los familiares sin signos de interrogación, quienes temían lo peor, pero guardaban la esperanza de que su ser querido no estuviera ahí, que no estuviera debajo de las pesadas paredes que cayeron livianamente hacia el suelo. Hay alguien ahí? Se preguntan los bomberos, rescatistas, paramédicos, policías, ciudadanos, políticos, niños, TODOS. Y cuando llega la dura decisión de responderse a esa misma pregunta, de responde

Diario de una heterosexual. "Mi incompleto"

Hay una especie de vacío en mi pecho. Excavatum, dicen los entendidos que se llama. (no es tan feo como se ve en las imágenes en Google que seguro fuiste a buscar)  Cuando escuché esa palabra no se me viene más que la idea de un conjuro de "Harry Potter y las reliquias del quinto infierno de las cenizas del ave Fenix", (capitulo nuevo).  Yo, como soy un poco más de "letras", lo asocio como la parte física del vacío que lleva mi alma.  No todos se dieron cuenta de este detalle, es más, creo que yo recién me enteré de su nombre cuando me acosté con un doctor.  Mientras teniamos sexo, sus dedos tocaron mi pecho y exclamó el nombre de mi vacío. En serio, que sentí como que me lanzó un conjuro, "Aresto momentum excavatum".  Yo solo le respondí que eso lo tenía desde pequeña y que para mí, es mi incompleto.  Sin más que decir, nos dormimos y al día siguiente solo de él me quedó aquella palabra. Puedo tomar aquella noche como un fracaso, porque