Hay una especie
de vacío en mi pecho. Excavatum, dicen los entendidos que se
llama. (no es tan feo como se ve en las imágenes en Google que seguro
fuiste a buscar)
Cuando escuché esa
palabra no se me viene más que la idea de un conjuro de "Harry Potter y
las reliquias del quinto infierno de las cenizas del ave Fenix", (capitulo
nuevo).
Yo, como
soy un poco más de "letras", lo asocio como la parte física del vacío
que lleva mi alma.
No todos se dieron cuenta de este detalle, es más, creo que yo recién me enteré de su
nombre cuando me acosté con un doctor.
Mientras teniamos sexo, sus dedos tocaron mi pecho y exclamó el nombre de mi
vacío. En serio, que sentí como que me lanzó un conjuro, "Aresto
momentum excavatum".
Yo solo le respondí que eso lo tenía desde pequeña y que para mí, es mi incompleto.
Yo solo le respondí que eso lo tenía desde pequeña y que para mí, es mi incompleto.
Sin más
que decir, nos dormimos y al día siguiente solo de él me quedó aquella palabra.
Puedo tomar aquella noche como un fracaso, porque quería mucho más con él.
Duró como
las cosas buenas, sí, al igual que una botella de vino.
En la película Diarios de una Ninfómana, intentan explicar cómo se utiliza el sexo como medio para encontrar: conocimiento, placer, autoestima; en conclusión cariño y amor. Esto lo dice casi textual el personaje principal de la película. No es que sea ninfómana, no que yo sepa, pero no me había acostado con un hombre por solo una noche, hasta aquella noche.
Sentí por primera vez, un peso en mi tórax, sentí el abismo de ese espacio que ya tenía un nombre. Sentí los centímetros que debe tener de profundidad, sentí la nada, que por extraño que suene, pesaba mucho y me oprimía. Era la chica de una noche, y no lo estaba disfrutando.
En la película Diarios de una Ninfómana, intentan explicar cómo se utiliza el sexo como medio para encontrar: conocimiento, placer, autoestima; en conclusión cariño y amor. Esto lo dice casi textual el personaje principal de la película. No es que sea ninfómana, no que yo sepa, pero no me había acostado con un hombre por solo una noche, hasta aquella noche.
Sentí por primera vez, un peso en mi tórax, sentí el abismo de ese espacio que ya tenía un nombre. Sentí los centímetros que debe tener de profundidad, sentí la nada, que por extraño que suene, pesaba mucho y me oprimía. Era la chica de una noche, y no lo estaba disfrutando.
Seguí entre
mis conflictos de ser una mujer "moderna" o ser una chica objeto. Sin
lugar a duda, no quise volver a experimentar aquella sensación.
No estaba enamorada, sino más bien, me sentía no
deseada. Leí en un libro que no recuerdo su nombre, algo que ahora me
parece absurdo y decía: " Una mujer puede entender que alguien no la
quiera, pero lo que no puede comprender es que no la deseen"
Los
instintos pesan más que los sentimientos (?)
He
sentido el amor de algunos, pero nunca la falta de deseo.
El no tener el control de mis emociones,
me hicieron realizar otras actividades. Escribir por ejemplo. Escribir es resistir. Y lo
confirmo.
Abrí mi correo y me di cuenta que el doctor me había escrito mucho tiempo atrás, pero su
mensaje fue a parar en la bandeja de spam, el que no vi hasta días
después. Aquello fue un alivio y un martirio, porque me había pasado el tiempo
envuelta en sentimientos con mal sabor, cuestionándome la vida pensando en los vacíos que uno mismo se produce.
Todos esos recuerdos se quedaron en la esquinita de la sonrisa que se me formó, al pensar en el mal rato que pasé.
Una sensación de alivio y estupidez recorrió mi cuerpo y me hizo pensar que, no es un incompleto sino más bien un recuerdo de los vicios y simples instintos vanales de querer ser siempre el completo del otro.
Así que le respondí el mensaje y le dije: Nos vemos esta noche.
Esta vez sin importar que fuese solo una.
Mi vació al fin de cuentas me complementa.