Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de mayo, 2020

Vagabundo

Qué se escribe por la madrugada. Qué más patética que una escritora llorando con un gato vagabundo a quien no buscó, pero la acompaña. Al parecer el animal la encontró a ella. Cada mañana el gato vagabundo se va y vuelve por las noches a enredarse entre sus pies, mientras ella camina esquivándolo, le ronronea, le pone sus patitas en la cara después que la patética escritora empieza a llorar sin algún motivo en especial, solo está afligida.   En este momento, el gato vagabundo está entre sus piernas mirando la pantalla de la computadora, como si supiera leer lo que ella escribe, pero no sabe, no entiende, solo está ronroneando, y ella supone que lo que hace es acompañarla, pero eso es lo que ella cree. Pero no es verdad, porque lo gatos no saben de patéticas escritoras que lloran por las madrugadas. Ahora el vagabundo se estira entre sus piernas, se hace bolita y empieza a jugar poco a poco con las manos de la patética escritora. Es de color negro. Dicen que los gatos de e
Te merecías un cuento, una novela, un relato. Lo que no te merecías fue haberte dejado de querer primero. He aprendido a dar espacios con los silencios. Me costó entenderlos. Tenemos tanto en la cabeza que no sabemos sacar lo mejor, sino lo primero. Lo más fácil. Lo que creemos importante pero no necesario. Estoy escribiendo menos. Y mal, de paso. Me tomo varias tazas de café y eso me hace pensar demasiado en lo mismo, repito en mi cabeza una y otra vez la misma idea y el sentimiento de culpa recorre todas las telarañas en mi mente. En dónde está la mente. Dónde duerme. En qué parte de nuestro cerebro queda su habitación. Para tumbarle la puerta. A pesar de que no tengo la culpa de dejarlo de amar primero, dicen muchas canciones que uno no decide enamorarse, también dicen que uno no decide dejar de amar. No decidimos entonces un carajo o qué? Yo creo que sí decidimos, pero si me preguntan cómo funciona, pues mi respuesta será NO TENGO NI PUTA IDEA. Estoy

El color de la soledad

“Miren ese globo en el cielo. Es azul. ¿Está subiendo o bajando? Está bajando.  Baja lento muy lento.  Demasiado.  Te desesperas,  pero te mantienes quieta, mirando, incrédula aún porque piensas que está subiendo.  Pero baja. Baja lento muy lento.” Fragmento de una canción. A veces dejo que la tristeza me gane.  Me envuelva, me olvido de los problemas y me arropo los pies con la tristeza. ¿Has sentido como el miedo entra por los pies? La tristeza a veces es cálida. A veces cuando la sientes muy cerquita te provoca dejarla entrar, lamerla un poco. Como un gato. Hay ciertas mañanas que me lavo la cara y siento tan intensamente el agua. Pero solo lo percibo con los ojos cerrados. Mira, te invito a que hagas algo, dale, inténtalo, no te demoras. Ahí donde estés. Cierra los ojos y con tus dedos en forma de rastrillo,  pásalos por tu cara, lentamente, con suavidad. Ahora, haz lo mismo con los ojos abi