Hasta cuando mi cuerpo deja de ser mi cuerpo?
Desde donde se mide la intimidad?
A qué hora uno deja de ser mujer para convertirse en feminista?
Cómo se mide los derechos de cada uno? o si en realidad las cosas son como nos enseñaron?
Tengo más preguntas que respuestas. Siempre.
Me he cuestionado muchas veces mi forma de vivir la vida. Me he dicho a mi misma que no puedo en muchas cosas que otros me dicen que sí.
Siempre salto antes de mirar. Lo sigo haciendo.
No se puede confiar en alguien que hable mal de otras personas. No puedo confiar en mi.
Podemos alejarnos de la familia, pero nunca dejarán de ser familia.
Se puede viajar para olvidar un mal amor pero el viaje será en vano, cuando lo usas para ocultar los miedos.
Se olvida muy fácil las cosas importantes, menos las que nos hacen daño.
Se recuerda más con el corazón.
Siempre pensamos que nuestros problemas son peores que los problemas de los demás.
Las redes sociales son el inodoro de esta sociedad.
Ya no sembramos una planta ni por amor, deber o preocupación. Nos quejamos de todo.
Resaltamos los defectos. Perdemos el tiempo.
Nos quedamos callados, no protestamos pero muchas veces es porque nos toca la peor parte cuando hacemos el bien.
Somos más buenos que justos.
Hay una forma grosera de tratar a los demás, sin necesidad de insultar o golpear, esa es la peor forma. La hostilidad inicia guerras.
Respiro, dejo de pensar. Me tranquilizo. Tomo café. Debo alejarme, perderme un rato, huir, caminar pero sobre todo volver.
Las cosas son más simples de lo que parecen. Lo simple no es sinónimo de fácil.
El camino correcto no es el qué te dice qué hacer, sino cómo hacer las cosas.
Siempre he pensado que el tiempo me pide que cambie.
Anónimo.