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Esa noche no estuve a mi favor


—Tengo ganas de fugarme, pero  mis ganas lo hacen primero—



Qué se espera de una noche de música, luces, cervezas y yo. Sola. 




 Llegué.Todo estaba de maravilla, un buen momento para comprar  mi biela y pasar la noche. Así lo creía.  



Pero el problema no fue que llegara sola, o que haya comprado una cerveza, el problema no fue que no conociera a nadie, tampoco lo fue el hecho que  haya ido solo por escuchar una banda. El problema en sí, fue  que esa noche, no estuve a mi favor. Como siempre en algún momento uno no lo está.



No lo dudo, esa noche al entrar en aquel lugar la cagué desde el principio.



Después de que sellaran en mi brazo el dibujo de un pescado, mi panza por el contrario, no paraba de indicarme alertas como si las paredes de mi estomago estuvieran conectadas al dispositivo de "en caso de emergencia". El cosquilleo se intensificaba como si cada paso fuera un beso agudo que le daba a alguien que no existía, era frustrante, créanme. 
La noche era una contienda, y yo estaba a punto de encontrarme con dos bombas en los siguientes segundos. 



Primer segundo, primera bomba.- Ahí estaba él, charlando con la que parecía una amiga de años, mientras yo los veía desde lejos, me parecían como si hablaran en cine mudo, pero sin subtitulo y sin tanto gestos. Me acercaba en cámara lenta,sí, cada vez que lo veía era como estar en el cine, pero esa noche yo no estaba sentada comiendo canguil, sino como actriz de reparto, de esas que no ganan oscares ni mucho menos se destacan en sus papeles, de aquellas, las que no se quedan con el galán.

Entré en escena y fue el momento más emocionante y desalentador que comencé a tener aquella noche. Nos miramos y saludamos con efusión, nos dimos un abrazo fuerte. Fue genial porque fluyó, pero al instante que mi cerebro se sintió confortable, lo dejé solo, huí como se huye de una mala función, como se huye de la escena del crimen, como se huye de la mirada del profesor que te quiere pasar a la pizarra porque sabe que no sabes.

Así fue que aquellos brevísimos segundos de confort, los abandoné y corrí para sentirme miserable y preguntarme en primera fila: Qué hiciste!!? Y para no descombinar mi mala racha fui por una cerveza fría, que  por mi precoz mala decisión (otra) la pedí light!!!.


Quién pide una cerveza light después de haber dejado a la persona que te mueve el piso intelectualmente, de quien solo quieres nutrirte de relatos, de quien solo quieres saber qué piensa del mundo, solo saber. Quién?



(yo)




Sí, soy yo..... mucho gusto. 




Me abandoné y fui por una cerveza light!!! No es eso algo  ya muy triste(?)



Segundo al cuadrado. Bomba dos.- Mi mirada estaba conectada con las luces que se reflejaban en la piscina escombrosa y con un complaciente desazón. Las veía y al mismo tiempo no veía nada, no quería ver nada. Recordar lo que había sucedido, me producía un malestar similar al los recuerdos del chuchaqui. (descubrir cual fue el trago detonante) 

De repente, me distraje al ver una familia de tres personas con  un bebé, quizás de 4 años.

Tocaba todo y se movía a la velocidad de la inquietud de su padre, quien  lo vigilaba y le seguía el paso. Era como una mini persecución. Él, se veía preocupado de que algo le pasara, sino fuera por  sus tatuajes y   expansiones diría 
que estaba exagerando, pero quien no cuida una 
extensión de si mismo, a la final,es una vida.

Fue otro segundo de profundo desequilibrio, porque yo estaba en aquel lugar, sola. (como la pieza, dice la canción) 


<<La felicidad es real, cuando es compartida>>



Recordé aquella frase de la película into the wild y ahí fue el otro golpazo que sucedió en menos de un minuto.




Con dos heridas uno en mi brazo izquierdo y el otro en mi pierna derecha, busqué con la mirada alguna imagen en que sujetarme. 


El concierto ya había empezado y yo ya estaba por irme, hasta que de la nada aparece alguien, me saluda y me invita a su círculo de amigos, luego aparece otra persona amiga mía y me da un abrazo. Como de salvación:  Por primera vez en esa noche, me sentía en el lugar indicado.




La noche siguió, "como siguen las cosas que no tienen mucho sentido" diría Sabina, no mejoró, ni creo que empeoró. Traté de anular todo recuerdo de hace segundos, pero al final no funcionó.



En fin, aquella noche terminó por la madrugada, él salia con sus instrumentos musicales y dijo:


<<Nos vemos el 6>> 



Le di un beso de muchacha reprimida, me subí al taxi y pensé que la próxima vez volvería a suceder lo mismo, volvería a estar en mi contra.



Pero esta vez, me aseguraría, pasarla con amigas!


















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