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Satanas y Les Luthiers




Esto es breve, lo prometo. 

Por qué me gusta tanto Les Luthiers? 
Hay una simple razón detrás de esta hermosa fascinación por aquel grupo musical, a parte de lo increible que son. 

Es el día en que los conocí. 

Pues no recuerdo hace cuanto fue, digamos que hace 10 años. Pues resulta que era mi cumpleaños,  un 20 de abril. En Quito llovía, estaba afuera de la casa esperando, no sabía qué precisamente pero solo me quedaba eso, esperar. Estaba afuera, en la lluvia sin tener a donde ir. 

La historia de cómo llegué a estar en una ciudad tan grande sin un lugar en donde quedarme es otro cuento. Fue un problema que resolví  hace mucho y  mi corazón está en paz. 


En fin, sin tener a donde ir, y con solo 20 dólares en mi bolsillo las ideas no fluían. Solo recordé a un gran amigo, lo llamé y le conté lo que me había pasado y que no tenía a dónde quedarme.  Él no me dio tantos ánimos, solo me dijo "ya te llamo" 
Estaba desesperada así que cada luz de esperanzas aunque viniera de una cloaca podría ser mi salvación. Al cabo de unos minutos que me parecieron horas, me volvió a llamar y me dijo: 
—Flaca, tengo un amigo que te puede ayudar con un lugar. Él man es todo bien. 
—En serio!! Qué vakan. Cómo se llama ? 
Lo primero que pregunté fue eso, para que cuando lo vea decirle GRACIAS....
— Satanás 
—Qué? 
— Satanas, se llama Satanas. Bueno así le dicen. 
Yo me quedé por un momento pensando. Mis opciones no eran las mejores, así que me dije: -Ya qué!- me voy donde Satanás!!.
Mi amigo me dio la dirección, en el trayecto no pensé en mucho, la verdad que no recuerdo, quizás me quedé colgada frente a la ventana viendo la ciudad mojada.
 Necesitaba un lugar donde dormir, por lo menos estaría caliente reflexioné. 
Satanás  no estaba en su casa, pero me recibió otra persona. Al parecer ya sabía que me iba a quedar. Puso un colchón en el piso y me invitó a tomar asiento. Yo estaba agradecida pero al mismo tiempo muy triste. Ya tenía algunos meses en la ciudad y asistía a un curso de teatro. Tenía una rutina, una meta y de un momento a otro ya no tenía nada. Feliz cumpleaños. 
Cómo le voy a contar a mis padres que estoy en la calle? Que voy a hacer? Qué voy a comer? Me regreso?
 Me sentía tan sola. Para variar en Quito caía 
LA LLUVIA!!.
El panorama no podía estar más triste. 
Este pana terminó de acomodarme  el Colchón en el piso y un una cobija. Después tomó un cd y lo colocó en el dvd.
 Me dijo: 
— Mira esto, te va a encantar. Son unos genios!!! 
Yo sonreí amargamente. Pensé entre mi, -si supiera en las que ando-. 
En poco, empezó a sonar la canción de Las Obras de Ayer, de Les Luthiers. Fue la hora más hermosa de mi vida. Me olvidé de todo. Me olvidé por un momento que no tenía casa, dinero, que estaba sola y mojada por la lluvia. 
Me reí tanto y sentí un gran alivio, un lindo alivio. Fue hermoso. 
Me sentía feliz, sola, pero feliz. 
Así fue que los conocí. En la casa de Satanás. Al terminar la obra sonó mi teléfono. Cuando contesté, una voz familiar me saludó, al rato identifiqué su voz. Era una amiga de hace muchos años. Le conté en las que estaba y  me dijo que vaya a su casa, que me ayudaría a pasar el problema y estar mejor.
 Me alegré. Sentí que Les Luthiers tenían magia. Que no solo me hicieron reír sino que me ayudaron. Y no a conseguir un lugar, no son tan poderosos, pero sí en hacerme una hora menos desgraciada. Aunque en el fondo sentí que me salvaron. 
Llamé a mi amigo y le dije que me iba a otro lugar, pero que gracias por todo. Y que le dijera a Satanás, que gracias, que a pesar que no me conocía me brindó un lugar. (O tal vez si me conocía 👽)
Así fue que tomé un taxi en dirección a la casa de mi amiga. Al llegar ya solo me acompañaban 10 dólares, mi ropa casi seca pero mi corazón contento. 

Desde ese día no dejo de verlos. Me he visto todo, más de 100 veces cada una. Me encanta, me hace feliz. 
Me emociono.
Me llena de nostalgia pero me llena aún más de felicidad. 
Cuando los vi en vivo hace un año atrás en Quito, fue la sensación más genial y  más auténtica. 
Los vi y lloré. Lloré al recordarme en ese tiempo y me alegré de ya no estar  ahí. 
En ese momento llovía en Quito. Pero yo estaba seca, y en un lugar viéndolos actuar y recordando que me sacaron de ese hoyo, con sus canciones, con sus personajes, con su música.
Les Luthiers me salvó. Quiero creer que me salvó. 

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