Qué se escribe por la madrugada. Qué más patética que una escritora llorando con un gato vagabundo a quien no buscó, pero la acompaña. Al parecer el animal la encontró a ella. Cada mañana el gato vagabundo se va y vuelve por las noches a enredarse entre sus pies, mientras ella camina esquivándolo, le ronronea, le pone sus patitas en la cara después que la patética escritora empieza a llorar sin algún motivo en especial, solo está afligida. En este momento, el gato vagabundo está entre sus piernas mirando la pantalla de la computadora, como si supiera leer lo que ella escribe, pero no sabe, no entiende, solo está ronroneando, y ella supone que lo que hace es acompañarla, pero eso es lo que ella cree. Pero no es verdad, porque lo gatos no saben de patéticas escritoras que lloran por las madrugadas. Ahora el vagabundo se estira entre sus piernas, se hace bolita y empieza a jugar poco a poco con las manos de la patética escritora. Es de color negro. Dicen que los gatos de e...