Tenemos suerte cuando nos despertamos dicen, como si estuviéramos
envueltos en papel de regalo y al momento de abrir los ojos se deshace. Siendo nosotros mismos el regalo.
Vivimos casi como una máquina de tareas sin propósitos. Las
posibilidades de morir son infinitas, desde que estás en tu casa tranquilo o
estas en una pista de carreras, la diferencia es estar cociente que morir, es
una etapa natural de la vida. Esto nos enseñan en la escuela y de memoria lo
repetimos de la siguiente forma: Nacemos, crecemos nos reproducimos y morimos.
Eso nos enseñaron, pero no asimilamos la última. Ya sea por miedo, por tabú o
porque no estamos conscientes que ese es nuestro final, sin edición, sin remedio.
Sabemos que para allá vamos todos, pero creo que, si habláramos más sobre la muerte como un proceso natural,
estaríamos más familiarizados con este proceso y las pérdidas serían menos dolorosas.
Tendríamos mejores procesos de duelo y en vez de sufrir por la perdida de un
ser querido, que la frase "vivirá en nuestros recuerdos" sea un hecho y que no solo una linda frase. Bueno, este análisis es muy superficial por mi parte, pero
en realidad es la esencia donde quiero llegar.
Para Octavio Paz en su libro El Laberinto de la Soledad, donde habla
sobre la muerte y en la que se refiere como un hilo conductor con la vida dice
que “Si la muerte carece de sentido, tampoco lo tuvo nuestra vida” según él
cada quien tiene la muerte que se buscó. “Hay que morir como se
vive. La muerte es intransferible, como la vida” “Dime como mueres y te diré
quién eres”, la muerte que tienes es la muerte que mereces, creía, es muy duro
para algunos pensar en esto, pero en realidad es una forma de despertar, de
querer vivir de mejor manera, tratar de hacer las cosas que por miedo no lo
hacemos.
El primer paso es tener conciencia de la muerte.
Los chistes que hacemos de la muerte son pocos, hay algunos que festejan
su cumpleaños como un año menos de vida, no lo veo tétrico sino real. No creo
que debemos tener miedo a morir, creo que sobre todo morir con dolor es en lo
que pensamos más.
Para Martin Heidegger, filósofo, se debe aceptar con conciencia la
muerte como una forma de realización. “Se asegura del supremo poderío de su
libertad cierta y temerosa para morir” Es decir que al aceptar la muerte
aceptamos la realización del ser.
La muerte es más fácil digerirla cuando se habla a diario de ella, pero
para muchos es como un trauma que tenemos porque no queremos hablar ni saber de
aquello, nos apenamos de la muerte de conocidos, nos duele la muerte de un
familiar o un ser querido, sufrimos en vida por la muerte, y pensamos en los
sufrimientos de los que lloran por el que ya no está. Morir para los vivos es
sufrimiento y dolor. Es la percepción en el dolor la muerte de los otros, de
los que ya no sienten.
Podría poner más opiniones o criterios para poder entender lo que
significa el proceso natural de la vida y lo que nos enseñaron en la
escuela, pero hablarlo, para mi, es el primer paso.
Una amiga me confiesa que se siente triste por la muerte de su abuelo,
ella es muy joven, aunque para morir no hay edades, el único
consuelo que le pude ofrecer para ayudarla en su dolor es que hable de él,
que llore y lo recuerde en su mejor momento, no físicamente pero sí, que recuerde y sienta su energía en todas partes.
Creo que mientras más hablamos de la persona que se
ha ido, el dolor se va disminuyendo. Hablar como nuestros antepasados, en las
tradiciones orales no solamente era contar historias, sino trasmitir emociones,
liberarnos, continuar.
Lo cierto también es que no nos enseñaron que el ciclo siempre no se cumple de cabo a rabo, no es que después de reproducirnos nos vamos a morir, puede pasar mucho antes. Cuando crecemos, nos memorizamos tanto esa regla que no sabemos que en la vida la muerte no tiene a favoritos, ni enemigos, no tiene ni si quiera una lista, ni buenos ni malos, ni religiones, cuando es la hora, la muerte aparece y toma lo toma. Puede ser un bebé, un niño, un adolescente, puede que esté en su mejor momento, puede que sea el ser más feliz del mundo, lo que debemos saber es que la muerte nos acompaña, como un ángel a nuestras espaldas, no te juzga ni te culpa, pero está ahí, cuando te despiertas por las noches sin sentido, tus escalofríos, la sensación de que te miran o cuando no paras de reír, cuando te pierdes viendo la inmensidad del mar, está en lo bueno y en lo peor de tu vida, solo debemos aceptar que en cualquier momento tomará lo que le pertenece.
Fuente pintura: Nunzio Paci , Bolonia 1977 - es un artista visual con
sede en Italia que trabaja en pintura y dibujo. Ha desarrollado una práctica
que se ocupa de cuestiones científicas y ambientales, con especial énfasis en
la anatomía y la relación hombre-naturaleza.
Tomado de su
página oficial: http://www.nunziopaci.it/2017/11/poisonous-ram-montone-velenoso.html
Vivimos casi como una máquina de tareas sin propósitos. Las posibilidades de morir son infinitas, desde que estás en tu casa tranquilo o estas en una pista de carreras, la diferencia es estar cociente que morir, es una etapa natural de la vida. Esto nos enseñan en la escuela y de memoria lo repetimos de la siguiente forma: Nacemos, crecemos nos reproducimos y morimos. Eso nos enseñaron, pero no asimilamos la última. Ya sea por miedo, por tabú o porque no estamos conscientes que ese es nuestro final, sin edición, sin remedio.
Creo que mientras más hablamos de la persona que se ha ido, el dolor se va disminuyendo. Hablar como nuestros antepasados, en las tradiciones orales no solamente era contar historias, sino trasmitir emociones, liberarnos, continuar.
Lo cierto también es que no nos enseñaron que el ciclo siempre no se cumple de cabo a rabo, no es que después de reproducirnos nos vamos a morir, puede pasar mucho antes. Cuando crecemos, nos memorizamos tanto esa regla que no sabemos que en la vida la muerte no tiene a favoritos, ni enemigos, no tiene ni si quiera una lista, ni buenos ni malos, ni religiones, cuando es la hora, la muerte aparece y toma lo toma. Puede ser un bebé, un niño, un adolescente, puede que esté en su mejor momento, puede que sea el ser más feliz del mundo, lo que debemos saber es que la muerte nos acompaña, como un ángel a nuestras espaldas, no te juzga ni te culpa, pero está ahí, cuando te despiertas por las noches sin sentido, tus escalofríos, la sensación de que te miran o cuando no paras de reír, cuando te pierdes viendo la inmensidad del mar, está en lo bueno y en lo peor de tu vida, solo debemos aceptar que en cualquier momento tomará lo que le pertenece.
Fuente pintura: Nunzio Paci , Bolonia 1977 - es un artista visual con
sede en Italia que trabaja en pintura y dibujo. Ha desarrollado una práctica
que se ocupa de cuestiones científicas y ambientales, con especial énfasis en
la anatomía y la relación hombre-naturaleza.
Tomado de su
página oficial: http://www.nunziopaci.it/2017/11/poisonous-ram-montone-velenoso.html