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A mis errores

"sin cita"


Por la ventana entró un aire fresco de mañana, no se escuchó nada mas que la respiración desinteresada de  un  jueves a las seis.
A pesar que aquel viento no compensó la razón de estar sumergida en las tibias sábanas, ella se encontró entre estas sábanas gastadas por el uso y el desuso de quien estaba a su lado. 
Entre dormida, estiró sus piernas desnudas hasta el extremo de la cama, sus manos como gato hicieron lo mismo. Se dio la vuelta sin esperar mucho, y besó su rostro compañero desmesuradamente mientras trató de recordar su último sueño.

Siguió durmiendo por unos minutos con ligeros sueños. Se levantó, se duchó y volvió a la cama. 

Al volver lo encontró al filo de la cama, con su guitarra, tratando de recordar una canción, quizas para que ella supiera que no era tan malo como parecía.  Pero lo que pasaba por su mente, era el color espeso de aquel cuadro arrimado a la pared y del porro de la noche anterior.



Por una y otra vez
si llego  a la vejez
que estés conmigo...


Su mente se confundió, aunque disfrutó de aquel momento sintió al mismo tiempo las ganas de querer salir de ese lugar, escapar, empuñar su camisa, coger su mochila y cerrar y que solo quedaran en la puerta dibujos con signos de interrogación. 
No pudo controlar esa sensibilidad que había estado ausente hasta ese día. 
Se levantó al baño, abrió el grifo del lavamanos, humedeció sus ojos, miró al frente donde debería haber estado un espejo, pero no encontró ninguno, en su lugar una pared vacía. Volvió al cuarto enseguida, vio que él acomodaba su guitarra en el piso, descartando la posibilidad de otra canción. Se sintió aliviada. Creía  que con una canción más, mataría las pocas neuronas que le permitirían no perder la cordura ni su insensatez .

ella: 
—Te quiero

Mientras se duchaban, su desiquilibrio se tomó Él no entendía, por qué se le hacia tan fácil decir aquella palabra, si apenas hace unas horas sabían de su existencia cada uno. La miraba para encontrar una respuesta, ella se negaba  a dar alguna explicación. Sabía lo que sentía por él. Hay cosas que no tienen traducción. 
Las personas tratan de interpretar cada cosa con cierta palabra. Hay sentimientos que simplemente las palabras asignadas para su interpretación, no son suficientes.....

Caminaron en la frescura, sobre el puente, él le hablaba y ella, si no estuviera caminando, pondría toda su atención visual a los movimientos de sus labios, a la gruesa nariz perfilada y a sus dientes correctamente delineados. Sentía nauseas




Llegaron a un comedor, donde servían la mejor comida del mundo, a quién no le alegra el día comiendo encebollado, ella mas que el día, le alegraba el alma. Eran de esas cosas que discretamente le hacían poner de buen humor  - con hambre no se puede pensar-  
Estaba distraído mirando las montañas, ella callaba y disfrutaba.
 A veces la miraba directamente, y eso la inquietaba, como si sus ojos leyeran su mente. Esa falta de privacidad le aterraba.

- No podría dejar esta tierra. En dónde mas uno puede ver esas montañas con casas, ceibos...... amo esta tierra.


-pero si te vas a ir de aquí en algún momento.


-  porque la odio, porque la amo, por eso salgo.


Ella quiso intervenir, le parecía una contradicción, pero  le recordaba mucho aquellas palabras, a las de Platón  cuando  hablaba de su maestro Sócrates, en su lecho de muerte cuando le dijo que morir es vivir, porque todo pertenece, porque sin una, no existiera la otra, porque antes de haber algo pequeño, hubo algo grande, malo, bueno, feo, bonito. y la muerte es simplemente vivir de una forma desconocida.

-La caverna de Platon-  lo pensó, pero no dijo nada, hablar de Platón con un encebollado, no funcionaba, creo que era muy injusto para ambos conocerse de esa forma.......









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